Hola! 2015 whoa en fin si alguien aun me lee esto es para ustedes ^_^ es un fic que se me ocurrio pero solo es el primer capitulo aun lo escribo pero tenia muchas ganas de compartirlo, a la larga ire poniendo el resto :) sin mas...
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Cuando salió de casa esa mañana
no se sorprendió demasiado, la brisa marina meció su cabello con inquietud
aspiro el aire fresco y salado, aspiro el mar como todas las mañanas, estiro el
cuerpo y se dispuso a jalar como de costumbre el viejo bote de pesca, se colgó
la red al hombro y parpadeo acostumbrándose al amanecer, sentía el cuerpo
entumido y los ojos pesados, la noche pasada apenas había conseguido dormir, la
marea había subido de tal manera que el ruido de las olas chocando contra las
paredes de la cabaña donde dormía con brusquedad junto a la lluvia torrencial
que repiqueteaba en las ventanas y los rayos que parecían anunciar el fin de la
era, le impidieron pegar el ojo.
El mar por otro lado parecía
indiferente a todo y esa mañana presentaba un color azul marfil intenso y
calmo, la espuma como de costumbre yacía blanca, iba y venía con calma,
salpicando la arena grisácea generando un contraste que siempre conseguía
conmoverlo, siguió arrastrando el bote hasta casi el borde, se detuvo a un par
de metros listo para entrar al mar, cada día iba al mismo lugar a pescar, al
ponerse el sol en lo más alto salía, después lavaba los pescados e iba de
puesto en puesto ofreciendo el producto, al ser el único que vivía en esa vieja
caballa no necesitaba una gran cantidad de dinero así que continuamente
cambiaba el producto por comida, después leía un par de horas o iba a la ciudad
a tomar café importado, escuchaba música por la tarde mientras cocinaba algo
fácil e iba a la escuela de música a dar clases al coro de niños, siempre volvía
al atardecer para mirar TV un rato y dormir, si le hubieran preguntado diría
que tenía una vida apacible.
Dio un par de pasos más arrastrando el bote,
la brisa soplo más fuerte y de pronto de un momento a otro el mar se
embraveció, las olas pasaron de medir dos metros a seis, luego diez, rompían
antes de tocar sus pies pero se levantaban con brutalidad, la piel del joven se
erizo cuando una ola aún más grande se ergio en medio devorando el resto de las
demás, jalando la arena, sintió su cuerpo moverse junto con la arena, incluso
le dio la impresión de que la cabaña y las palmeras se movían, presa del pánico y con el rugido ensordecedor
del agua succionándolo todo a sus espaldas intento correr, cayo de rodillas, la
arena lo movía y le hacía revolcarse más y más cerca de la ola gigante, él
inútilmente intentaba sostenerse de la arena, finalmente sintió el frio y la
humedad en la espalda, estaba dentro del agua.
Estaba dentro del agua, sintió la
sal en la nariz y sus pulmones cerrándose, el miedo le poseyó, su cuerpo se
puso rígido, la vista se le nublo, no supo si por la desesperación o el agua,
intento respirar y solo consiguió sentir arcadas y la garganta presionada, su
cuerpo giraba en medio de la ola, el mundo era un remolino de colores confusos,
la forma de las cosas era difusa, dejaba de respirar, dejaba de ver las
palmeras y la arena, su casa se alejaba de él, cada minuto más lejano, el aire
se extinguió de sus pulmones, supo que iba a morir. Moriría en medio de una
ola, un día de pesca cualquiera y a nadie le extrañaría, cuando encontraran su
cuerpo estaría hinchado y flotando sobre el agua, probablemente tendría sangre
en los labios y el mar volvería a estar en calma, cerró los ojos o es que se desmayó?
De cualquier manera lo último que vio fue el azul, era el cielo o el mar? Daba
igual, no lo sabría ahora ni nunca.
Cuando abrió los ojos de nuevo
estaba tendido a la orilla del mar, con la arena bajo su cuerpo mojado, las
gaviotas en el cielo volaban en círculos torno a él, el cielo estaba ya
nublado, se preguntó cuánto tiempo estuvo inconsciente, estaba vivo? Como sobrevivió?
Rodo sobre el costado, su cuerpo dolía, el mar apenas rozaba las plantas de sus
pies tan calmo como de costumbre, escupió agua salada, se limpió la boca con el
dorso de la mano, sintió la garganta seca, se incorporó con dificultad, podía
ver su casa desde donde estaba, respiro con dificultad, busco el bote con la
mirada pero este estaba hecho pedazos desperdigado a su alrededor, camino con
dificultad, tenía que volver y llamar a alguien tenía que comer algo, debía
asegurarse de estar vivo. Camino con la vista aun nublada por la playa, tosía
cada dos por tres, un relámpago cruzo el cielo y antes de escuchar el
acostumbrado tronido la lluvia comenzó a caer apenas un roció, el joven miro el
cielo y fue entonces mientras bajaba la vista que a lo lejos encontró la red.
La red estaba intacta, tan entera
y enredada como de costumbre, solo algo parecía fuera de lugar, un bulto se
hallaba debajo de ella, a lo lejos le fue imposible descifrar que era, por un
breve periodo de tiempo pensó en ignorarlo, pero cuando la red comenzó a
moverse cambio el rumbo, tan rápido que su cuerpo se quejó, camino lo más
rápido que podía, sentía el estómago revolverse a causa de toda la sal
ingerida, pero no le importó fuera lo que fuera lo que estaba dentro de la red
tenia vida, luchaba por liberarse, casi corrió a ella y cuando al fin estuvo a no más que un par de metros de
distancia ahogo un grito. Dentro un hombre casi de su edad se movía, intentaba ponerse
en pie pero parecía que era incapaz, su piel era blanca como la espuma, tenía
el cabello castaño y corto, los pies finos, parecía de porcelana con las
mejillas sonrojadas y los labios carnosos rosas, tenía una mirada de pánico y
estaba desnudo contra la arena.
Ambos se miraron por un momento
uno con la ropa empapada, el semblante de piedra, azorado porque alguien más
sobreviviera aparte de él, se encontraba titiritando de frio, la ropa chorreaba
a un costado de la red, miraba con ojos abiertos el curioso sobreviviente bajo
la red; por otro lado el otro, pálido le miraba con los ojos enormes y redondos
abiertos, los labios apretados y los ojos tan húmedos como la ropa del hombre
de pie frente a él, un par de lágrimas cayeron en la arena, el cuerpo del joven
se estremeció cuando una nueva ola rozo su piel, la espuma era del mismo color
blanco de su piel, los dos permanecieron inmóviles, hasta que el pescador de
piel morena y manos largas se puso en cunclillas, con el cuerpo aun húmedo y la
respiración entrecortada, levanto la red con cuidado, mirando con asombro como
la tez blanca parecía roja ahí donde los hilos de la red habían presionado, le miro y dio un paso atrás.
El silencio siguió por un par de minutos, hasta
que el mas bajito se puso en pie o lo intento sin mucho éxito, no lo logro
hasta que el otro le sostuvo por el codo, sus miradas se cruzaron, una castaña
oscura como el carbón, le devolvían su reflejo el joven blanco, los otros de un
azul zafiro o era morado, mirándolo bien parecía un arcoíris impactante,
redondos, perfectos, sin reflejar nada en particular, miraban sin mirar, con
las delgadas cejas fruncidas por la angustia, su piel se puso de gallina con el
aire, el marinero le dirigió una mirada más y se dispuso a recoger la red. El
joven lo observo desde su lugar y justo cuando parecía que el más alto iba a
darse la vuelta con la red entre las manos una chamarra húmeda y gigante cayó a
sus pies.
-Estas desnudo, cúbrete- el más pálido
miro la prenda y la tomo entre las delgadas manos
-Mi nombres es Kim Junsu y debes
ayudarme- el más alto se dio la vuelta tenía el ceño fruncido- Yo…yo … no sé cómo
llegue aquí- la voz se le rompió y las lágrimas brotaron a montones
El otro le observo con una mueca
en el rostro, tomo aire repetidas veces, miro al chico frente a sí que lloraba,
luego al cielo, de nuevo al chico y el cielo, hizo el mismo movimiento un montón
de veces antes de tomar la prenda de las manos blancas y colocarla sobre los
hombros delgados y lechosos, lo miro un minuto mientras le abrochaba los
botones descuidadamente, parecía indefenso, casi inmaculado, se planteó que
fuera solo un engaño y en realidad el joven fuera un ladrón que le asesinaría
por la noches, tal vez un pirata sin barco, suspiro resignado cuando las
lagrimas se desprendieron cristalinas de las larga pestañas, le termino de
abrochar el suéter y lo cogió por los hombros.
-Shim Changmin, soy pescador en
el gremio me dicen Max… bueno el caso es, no puedo hacer nada por ti, lo
siento- los ojos del joven se abrieron más y las lágrimas aumentaron
-Pero tú me encontraste, tú me
ves no es así? Yo tengo esta forma por ti, tú tienes que ser
-No, no te entiendo- tal vez
fuera un lunático- Puedes quedarte la chamarra, mira si caminas por allí…
-Tu casa, llévame a tu casa-
Changmin guardo silencio ante la
interrupción, lo miro de manera extraña
-Mi casa es pequeña y apenas
tengo para vivir
-Tengo que ir a tu casa!-las lágrimas
aun caían pero Junsu parecía convencido de lo que tenía que hacer
-Yo…- se miraron de nuevo de
forma breve, el mar aun rugiendo a sus espaldas, la lluvia mojándolos todavía más y el cabello sobre la
frente, entonces Changmin bufo- Vamos allá, entonces- no tuvo tiempo de
retractarse cuando se encontró guiando al otro con suavidad rumbo a la cabaña.
La cabaña era pequeña y seca, olía
a leña, pescado y a sal, Junsu cerró los ojos en cuanto entro, Changmin le dirigió
una mirada de soslayo rebuscando entre la ropa seca, se apresuró a cambiarse,
se examinó en el espejo con el ceño fruncido, miro la piel golpeada, tenía un
dolor intenso en las costillas, aun sentía el sabor de sangre en la boca, se alegró
cuando descubrió que su dentadura seguía intacta, estaba viéndose los rasguños
en el cuerpo cuando un ruido sordo a sus espaldas le hizo volverse
sobresaltado.
-Lo siento, es solo…conozco ese
libro- dijo un aún mas pálido Junsu a sus espaldas y con un montoncito de
libros a los pies
-Es un libro de cuentos, lo leía
de niño- se colocó la camisa suelta y camino rumbo al chico que permanecía
quieto- Tiene un montón de historias originales, ya sabes de esas que después
se volvieron películas
-Películas…- Junsu parecía poco
interesado, sin razón aparente Changmin sonrió y llevo las manos al cierre de
la chaqueta- Hey! Que haces? Soy yo…yo soy…soy… no puedes tocarme-
Hubo un momento de silencio en el
que el más alto pareció shockeado, luego con un movimiento resuelto bajo la
cremallera con naturalidad, dejando al descubierto la piel pálida, Junsu dio un
brinco atrás y Changmin sonrió más, el más blanco lo miraba con una mueca de
anticipación y las manos sobre la prenda ciñéndola a los hombros, Max bufo divertido
y Junsu le miro airado.
-Tranquilo Hyung- recalco la última
palabra burlonamente- Solo quiero comprobar que no tengas nada roto, después
puedes ponerte una armadura o un hábito si te place, mis padres eran médicos, aprendí
un poco antes de venir aquí.
Las mejillas de Xíah se
colorearon notoriamente dándole un aspecto de porcelana, el más joven le tomó
del brazo y le hizo tomar asiento en una silla acolchonada, encendió un foco
ligeramente más brillante, se encorvo sobre el mayor y comenzó por tomar los
signos vitales, sus manos finas y largas se movían con habilidad, eran
delicadas pero tenían un tacto rudo debido a su oficio, Junsu miraba todo
curioso y Changmin se preguntó si alguna vez ese chico habría ido a un médico.
-La presión está bien- llevo las
manos suavemente por la piel, probo los reflejos con detenimiento asintiendo
con la cabeza en silencio, parecía a cada segundo más maravillado, tomo un
aparato para escuchar el corazón de un estante y le hizo respirar- Increíble,
maravilloso, ni un rasguño!-
Changmin parecía realmente
complacido y consternado, Junsu le dedico una larga mirada antes de voltear los
ojos con gracia, luego torció la boca en un gesto aniñado y busco entre el
libro de cuentos con tranquilidad, dedico un par de minutos, los ojos de
colores recorrían las paginas hasta que al final terminaron en una, Max se permitió
maravillarse cuando el iris de su Hyung ilumino el papel.
-Los seres del mar no podemos
lastimarnos con agua, tus cuentos lo dicen claramente – dijo señalando la página
amarillenta con inocencia
-Jajaja debiste golpearte la
cabeza
-Aquí lo dice, deberías leerlo de
nuevo – puso el dedo delgado y pálido en la hoja
- Te das cuenta lo que estás
diciendo?
-Fui aparentemente expulsado del
mar pero no soy idiota sabes?
-La locura no tiene que ver con
la idiotez- Junsu lo miro profundamente ofendido, luego se puso en pie y lo
aparto de un manotazo, camino a la salida de la cabaña, Max lo observo- No te detendré
si decides irte, pero deberías pasar la noche aquí, después de insistir tanto- Xíah
le ignoro y abrió la puerta con decisión dio un paso al frente, volteo y con
una mirada indico a Changmin que le siguiera- Vale – camino tras el mayor -No sé
qué buscas pero si lo que quieres es que salga a estas horas con la lluvia como
esta para probarme una cosa que es completamente ridícula puedes ir….- se vio interrumpido
por un movimiento de mano de Junsu
Su Hyung estaba ahí a la intemperie
aun desnudo dejando que el agua recorriera su cuerpo libremente, las gotas se
estrellaban y resbalaban por la piel marmolea, le otorgaban un aspecto
fantasmal que consiguió que la piel de Changmin se erizara sin previo aviso. Xíah
alzo la cara, la lluvia caía en gruesas gotas sobre él, la piel adquirió un
tono más brillante, como si una luz brotara de ella, el menor abrió los ojos
azorado iba a abrir la boca cuando una mirada de Junsu le hizo callar de nuevo,
el agua cubría cada vez más cuerpo y parecía no caer por la piel, por el
contrario se acumulaba en ella dándole al joven la apariencia de estar rodeado
de brisa y roció, Junsu le dedico una última mirada, sonrió y miro al frente.
Los labios rosas se separaron, un
sonido agudo y dulce emergió de ellos apenas un tarareo, el viento soplo dando
de lleno en la cara de Max que se mantenía como una estatua pegado al marco de
la cabaña, Junsu siguió con la melodía por un par de segundos antes de levantar
los brazos apenas un par de centímetros, entonces una ola se ergio , estuvo
poco más de dos segundo arriba y se fue a estrellar con la arena, el entrecejo
de Xíah se frunció de nuevo, canto más alto y levanto aún más las manos, una
ola surgió, era más alta, más fuerte y se mantuvo arriba más tiempo, el joven
negó con la cabeza, miro a Changmin una vez más y después cerro los ojos, su voz
se elevó de tal suerte que era lo único que Max podía escuchar, era suave como
el sonido del mar cuando estas a la deriva, una suave brisa se agito, miles de
olas se levantaron, Junsu levanto los brazos con un gemido y con un movimiento
rápido los llevo a su pecho, las olas se prolongaron cada vez más largas,
median cinco o seis metros , se acercaban peligrosa e irrealmente a la cabaña,
el menor quiso correr pero el canto de su Hyung lo mantenía bajo una especie de
quietud que era incapaz de romper.
-Espera un poco más- las olas se
irguieron aún más
- J Junsu- logro tartamudear Max
-El agua no hace daño a los seres
del mar- las olas se acercaban ahora en forma de agujas finas de agua Changmin
intento moverse de manera inútil
-Junsu!! Junsu yo no soy del
agua!- los ojos de Xíah se abrieron tan redondos como eran, miro a Changmin
desde su lugar, bajo los brazos, pero era tarde el agua afilada y más sólida de
lo que Min hubiera visto antes estaba a un metro, entonces Junsu se acercó, se colocó
de frente y cerró los ojos, por instinto Max se aferró a los hombros blancos,
con una mueca de terror, entonces cuando el agua llego y toco con violencia el
cuerpo de su Hyung este ni se inmuto.
El agua se volvió brisa, Junsu le
susurro algo parecido a un “agáchate” y “detrás de mí” mientras las finas
agujas se disolvían contra su piel, en el proceso una estaca delgada rozo la
mejilla de Changmin, un hilo rojo resbalo por ahí, se agacho aún más y toco su
piel cálida, sus yemas se pusieron rojas por la sangre. El agua debía estar
realmente afilada pero el cuerpo blanco frente a el permeancia tan impoluto
como hace un minuto. Los dioses se apiadaran de él, Junsu era un ser del mar,
un ser del mar como los que imaginaba cada que su mamá leía antes de ir a la
cama, no supo cómo permaneció consiente el tiempo suficiente para ver las gotas
esfumarse en briza suave, la siguiente vez que tuvo consciencia de si mismo
estaba en el sofá con Kim Junsu sentado frente a él con ropa cómoda y las
piernas cruzadas.
Le costó enfocar la mirada, el
joven pálido leía con tranquilidad, cuando lo escucho moverse despego los ojos
del texto y le entrego un vaso de agua, Changmin lo tomo aun con las manos
temblorosas, los ojos de Junsu habían cambiado ahora eran de un color gris
azulado, tan transparentes y cristalinos
que parecían el reflejo del cielo en el mar, Max carraspeo ante la visible
indiferencia de su Hyung que había regresado a su lectura con tranquilidad,
este levanto de nuevo la vista con el ceño ligeramente fruncido.
-Sucede algo?- pregunto con la voz tranquila,
aniñada, con un tono de ligera desesperación en la voz
- Sucede que tengo una especie de
ondino justo al lado, que casi me atraviesa con estacas de agua solidificada y…
dios! – los ojos de Junsu se abrieron de manera cómica, para después
estrecharse con suspicacia
-Crees que es menos impactante
para mí, acabo de descubrir cómo es un humano, nunca había tenido piernas en mi
vida y es aberrante como satisfacen sus necesidades básicas!- gruño con
indignación, fue el turno de Min para sorprenderse
-Me estás diciendo que tu...
nunca habías tenido un…- miro la entrepierna del más pálido que adquirió un
bonito tono rosado en las mejillas
-Que miras!!- se levantó con
dignidad mientras su estómago rugía, Changmin sonrió y se puso en pie también
con lentitud, una vez de pie pudo apreciar los libros que Junsu había estado
leyendo, biología básica, junto a libros de cuentos
-Siéntate por allá, hare la cena-
Junsu fue a la mesa con docilidad- Porque lees cuentos?
-Creo que la respuesta se
encuentra ahí
-Y la bilogía?
-La tierra no es el mar- Changmin
se movía con agilidad de un lado a otro, lavando y rebanando la verdura, la
puso al fuego en una especie de caldo, fue al frigorífico por el pescado pero
se contuvo
-Comes marisco? – Junsu rio de
forma escandalosa y extraña, Changmin torció los labios- Es que tú eres…
-Idiota, es culpa de tus cuentos
raros, claro que como mariscos no soy la…- hizo una pausa recordando
aparentemente- No soy la sirenita!
Changmin sonrió ante la
comparación y se puso a limpiar el pescado, Junsu le observaba tarareando desde
su lugar, la suave voz del joven se filtraba por las paredes, afuera el mar
parecía calmo, Changmin se encontró pronto acompañando al mayor en
susurros, se detuvo ante la olla
observando su reflejo aspirando el olor de comida recién hecha y de pronto la
perspectiva de no cenar a solas le hincho el pecho, apago el fuego.
Ambos cenaban en silencio, los
ojos de Junsu vagaban por la pequeña cabaña, para posarse de vez en cuando
sobre el rostro del más alto que fingía no notarlo, el único sonido eran las olas que se rompían
con suavidad con la arena y el chocar de las cucharas contra los platos, de vez
en cuando sus gargantas cuando bebían, finalmente cuando los ojos de Junsu
parecían no resistir más abiertos Changmin fue a tirarse al sofá, el mayor no
tardo en captar la indirecta y correr bajo las sabanas con una mirada curiosa.
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siguiente ^_^