3 sept 2017

el hombre que venia del mar

Las olas rompían contra las piedras a la orilla del mar, que implacable iba y venia, el cielo era de un azul particular, las nubes mas blancas que de costumbre contrastaban en el horizonte. Junsu yacia recostado contra una de las rocas, pequeñas gotas que alcanzaban a colarse entre las fisuras de piedra le refrescaban el rostro, tenia las manos frias sobre los muslos. Dentro de su pecho el latido de su corazón se escuchaba acompasado, lento, tranquilo.
Hacia cosa de una semana que Junsu había abandonado la cabaña de Changmin, hacia una semana que no sabia nada del pescador, había cambiado sus turnos en la botica de Yunho con la intención de no verse mas con el menor, al principio su Hyung lo había observado con suspicacia, pero finalmente había accedido sin hacer un solo comentario. Si Changmin le había ido a buscar o no en todo este tiempo no lo sabia, había una especie de acuerdo silencioso entre su jefe y él, ninguno de los dos nombraba al pescador.  Junsu pasaba sus días en una pequeña caverna que había comenzado a usar como refugio, si bien Jaejoong, Yunho y el propio Yoochun habían insinuado que podía vivir con ellos él había declinado las ofertas con amabilidad. Había llevado los registros del centro geológico, los estudiaba cada noche con la intención de encontrar una grieta, algo que pudiera replicar con sus poderes y asi poder volver al mar.
El invierno se acercaba pero en la playa el clima era casi el mismo, salvo por una pequeña brisa fresca que en las noches se convertia en fino rocio ligeramente mas frio que el anterior, Junsu sobrellevaba las cosas lo mejor que podía, por las noches mientras cocinaba en la fogata se preguntaba que estaría haciendo Changmin, otras veces se despertaba a mitad de la noche, sollozando, soñaba con el cuerpo del menor despedazado en el océano, veía la cara de decepcion de la reina, algunas otras, por la tarde cuando Yunho le dejaba ir antes sentía una especie de ira burbujeante en el estomago, odiaba a muerte al pescador, entonces se tenia que contener para no ir en su búsqueda. Aun asi otras noches, las mas solitarias se torturaba recordando los besos, los besos robados, los de despedida, los de bienvenida, los besos de antes de dormir y los de después de comer, los besos llenos de celos porque Yoochun había ido a la botica, los besos llenos de anhelo porque Changmin llegaba tarde, los besos dulces después del pastel de Jaejoong o los amargos después de las medicinas.
El único consuelo para Kim era el entrenamiento, tenia que admitir que al menos gracias a la soledad había recuperado al menos un sesenta por ciento de sus poderes, sabia que su tiempo en la tierra se terminaba, si tuviera que explicarlo no podría, pero estaba seguro, podía oler la guerra y la magia cernirse sobre él, sentía una opresión en el pecho y nauseas, se pregunto si Changmin al menos habría tenido la prevención de seguir entrenando, a veces en la madrugada Junsu intentaba rastrear al mas joven, cuando lo lograba la furia que bullía en su interior se convertia en marea confusa, no soportaba más de tres minutos sintiendo la conexión y entonces desvanecia todo y se dejaba caer sobre el futon que Yoochun había conseguido para él.
Llevaba casi dos meses en la mas profunda de las depresiones cuando Kim Junsu caminaba junto a Yoochun, en silencio, él marino había insistido con tanto ahinco durante todo ese tiempo que él al final había accesido para ir juntos a caminar por el malecón. Ambos jóvenes iban uno al lado del otro, Yoochun en un educado silencio, contemplando el perfil marmoleo de su acompañante que miraba de vez en vez al cielo estrellado, una mano del joven capitán se atrevio a tomar entre las suyas la del Ondino que apenas parecio notar el contacto, pues no fue hasta que el mayor dio un suave apretón que el joven volvió el rostro a un costado.
-Lo siento, es solo que… he estado agotado, no soy la mejor compañía
-No, Junsu! Esta bien, estabas pensando en … en ¿él?
-¿He? – un sonrrojo acompañado de una esquiva mirada fueron la única respuesta
-Ayudame a entender ¿por qué él? Es decir hay tantas personas y tu eres tan hermoso
-No, no… no pensaba acerca de eso- Junsu se dirigio a una de las orillas del malecón y se sento ahí, permitio que la suela de sus zapatos rozaran la superficie del agua, luego observo su reflejo y el de Yoochun al costado- Pensaba en que pronto volveré al mar, entonces tendre que dejar todo lo que he conocido aquí, nunca pensé que despedirse fuera tan difícil
-Ya veo ¿Y si no vuelves al mar?
-Tu eres marino ¿no? Es decir, proteges a tu nación, entiendes lo que es el sentido del deber, yo también soy un general en el océano, tengo un rango alto, supongo que por eso la reina pensó que yo podría llevar a…-tomo aire, hace un mes que no decía su nombre en voz alta- que podría llevar a Changmin, pero se equivoco, yo no puedo volver y tampoco creo que pueda luchar, he perdido una buena cantidad de mis poderes, tal vez lo único que podría hacer seria desaparecer entre la espuma del mar.
Yoochun lo contemplo desde su lugar, un brillo se instalaba en su mirada, apreso con mayor fuerza las manos fría del mas joven que continuaba esquivando su mirada, entonces tomo aire y como si pronunciar sus palabras fuera lo mas doloroso que alguna ves hubiera dicho hablo, lo hizo con voz firme y con la mirada mas dulce que Junsu hubiese visto hasta ese momento, se puso de pie, muy serio, en su posición de marinero, con los brazos a los costados y observo de frente al de piel blanca.
-SI tu deseo es volver al océano yo Park Yoochun te ayúdare, si lo que quieres es luchar entonces yo peleare a tu lado y si lo que tu deseas es morir entonces yo moriré contigo, si lo que quieres ir y tomar un barco para hundirte ire, si no puedes más y quieres ver de nuevo Shim Changmin yo lo traeré donde quiera que estes, si eso te hace feliz lo hare- Junsu abrió los ojos de par en par, el calor se arrebolo en sus mejillas, una mano suave se poso en su mejilla izquiera y los labios de Yoochun fueron a dar con los suyos.
Los ojos del mas joven se cerraron por inercia, hacia tanto que nadie le besaba, que nadie le tocaba con esa intimidad y calidez, que sin proponérselo se dejo envolver, sintió ira y satisfacción, rabia porque no era Changmin quien despertaba esas sensaciones y vergüenza por pensar en él aun cuando había recibido una de las promesas mas hermosas que jamas le hubieran hecho, cuando el contacto termino le costo trabajo enfocar los ojos del capitán que se mantenía inclinado casi a su altura, entonces sonrio apenas levantando las comisuras de los labios y junto su frente contra la del mayor que parecía de golpe mucho más maduro y determiado.
-Eso fue muy cursi- susurro sonriendo aun, Yoochun bufo levemente ofendido, deposito otro beso en los labios de Xiah y él le dejo- ¿harias lo que fuera por mi? De verdad lo harias…
-Cualquier cosa Junsu- El ondino se permitio sentir un poco mas del calor que manaba del cuerpo de Yoochun, respirar el perfume fresco del joven capitán antes de separarse
-Pronto vendrán y yo no puedo dejar de pensar, no paro de pensar en que van a asesinar a Changmin- las lagrimas se resbalaban por la nariz y caian en gotas finas hasta la barbilla y mas alla estampándose en el suelo- Tenia que ayudarlo, que formarlo, debía darle las herramientas para defenderse y lo único que hice fue abandonarlo, pero… como … ¿como lo hago? No puedo volver con él, si lo veo yo… mis fuerzas…los humanos dicen que el amor es una fuerza única, pero yo creo que es como un veneno
-Junsu…
-¿Cómo pueden los humanos vivir asi, Yoochun? Como puedes amarme y no odiarme por ser asi, como lo haces, mi fuerza se desvanece, poco a poco me convierto en solo un ser humano y eso es culpa de Shim Changmin
-¿Quieres decir que estas perdiendo tus poderes?
-Mi vinculo con el mar se desvanece, pronto no podre tener ningún poder, ahora entiendo porque la reina no podía volver, ella perdió poderes cuando se enamoro del padre Changmin. Seguro sintió que se desvanecia ¿lo haz sentido? Como que te desvaneces y poco a poco solo queda una sombra, un esbozo de lo que eres, entonces te conviertes en un monton de recuerdos de los buenos tiempos, la sensación de no estar completo y de no poder respirar… me estoy desvaneciendo Yoochun. Es por eso que los seres del mar no debemos enamorarnos.-
Junsu se puso en pie antes de que el capitán pudiera hacer o decir nada más, los ojos le escocían y la garganta estaba atascada, tenia ganas de gritar, de maldecir y a la vez sentía el terror roherle los huesos, quería volver a casa, ovidarse de Changmin, olvidar todo, entendia a su reina. Paso el resto de la tarde donde Jaejoong, le sorprendio encontrarse a Yunho ahí, pero le bastaron solo un par de segundos para comprender la presencia de su Hyung en el lugar, el camarero lo trataba con tal gentileza y familiaridad que Junsu se extraño de no haber notado nunca lo cercana que era su relación. Cuando Jae le llevo el pastel a la mesa y Yunho se sento junto a él en silencio se permitio sentirse acogido.
-Él también te extraña- susurro Jaejoong, Yunho parecio ahogarse con el trago de café y el mayor le dio una palmadita en la espalda mientras rodaba los ojos- Crei que deberías saberlo, conozco a Changminnie desde niños, siempre fue solitario, pero contigo, él definitivamente estaba feliz contigo
-Gracias Hyung- replico el menor con una mueca débil, entre una sonrisa y un gesto de incomodidad
-Changmin puede ser muy necio- Junsu mordio su labio con fuerza, no quería escuchar más, no quería saber nada de Max en ese momento, dudaba que quisiera saber algo de él alguna vez, se removio el flequillo con un gesto y se puso de pie

-Creo que me ire ahora- los ojos de Jaejoong se abrieron y Yunho le observo medio consternado y medio horrizado, Yoochun estaba en la entrada del café, Junsu camino en su dirección con nerviosismo y se permitio un abrazo leve, apenas un roce.

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